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Factores naturales: la variabilidad natural de los recursos turísticos

6.2. Factores explicativos de la estacionalidad en Mallorca

6.2.1. Factores naturales: la variabilidad natural de los recursos turísticos

A pesar de que los resultados de los índices climáticos-turísticos (ver apartado 5.1.1.1), indican que Mallorca goza de un clima confortable para la práctica de actividades turísticas durante la mayor parte del año, los valores obtenidos de la medición de la estacionalidad, han evidenciado la existencia de un patrón estacional que se mantiene constante a lo largo del tiempo. Esta contradicción, se debe fundamentalmente al hecho de que los índices climáticos-turísticos, tienen una visión generalista de la actividad turística, y por tanto, tienden a sintetizar en exceso la influencia del clima sobre el turismo (Seguí y Servera, 2009). Además, confirma la postura planteada por Scott et al. (2008), sobre la inexistencia de un único óptimo climático para todo el turismo.

Así pues, parece evidente la necesidad de aproximarse al binomio clima-turismo, desde una perspectiva que ofrezca un mayor nivel de detalle. Para ello, se propone definir unos óptimos climáticos para cada tipología de práctica turística. A partir de este análisis individualizado de la relación que tiene el clima con cada actividad turística, se podrá obtener un calendario climático-turístico más ajustado a la realidad del comportamiento temporal del sistema turístico.

Óptimos climáticos para la práctica turística.

Para definir los óptimos climáticos para dar plena satisfacción durante la práctica de una determinada actividad turística, se ha partido de la consideración de la existencia de dos clasificaciones sobre la relación clima-turismo: una de tipo climática-turística, la

cual diferencia entre turismo dependiente o independiente del clima (Gómez, 2000: 81), y otra, meteorológica-turística, la cual diferencia entre turismo sensible o insensible a las condiciones meteorológicas (Smith, 1993). El turismo será dependiente cuando su actividad se fundamente en las condiciones climáticas. Este es el caso por ejemplo del turismo de sol y playa, esquí o náutico, entre otros. En cambio, otras actividades turísticas se desarrollan independientemente del clima, como por ejemplo: determinadas prácticas de turismo cultural o congresos. Las actividades turísticas dependientes del clima, son por lo tanto, sensibles a las condiciones meteorológicas, debido a que se realizan al aire libre. Todo lo contrario, que sucede con las actividades independientes al clima, que al llevar a cabo en espacios cerrados, están al margen de la influencia del tiempo atmosférico.

Esta dependencia o independencia que tienen las actividades turísticas respecto del clima, es la que determina la existencia de una temporalidad de su práctica a lo largo del año. Para tratar de identificar la pauta temporal que presenta el consumo turístico en Mallorca, en primer lugar, se han identificado una serie de actividades turísticas, representativas del tipo de turismo que se practica en Mallorca (sol y playa, cicloturismo, senderismo, golf, náutica y cultural). Posteriormente, se ha establecido un criterio general basado en las temperaturas máximas diarias óptimas para la práctica de cada tipo de actividad turística. Además, se ha considerado la temperatura del agua del mar, como factor limitante en la práctica de actividades asociadas al turismo de sol y playa y náutico.

Los intervalos escogidos responden a una serie de criterios fisiológicos del cuerpo humano. En el caso del turismo náutico y el de sol y playa, se ha fijado un límite inferior de 16ºC, por debajo de esta temperatura se considera que las actividades de baño se ven fuertemente obstaculizadas (Gómez, 2003), ya que representa el punto en el cual entran en juego los mecanismos de lucha contra el resfriamiento y se inicia la sensación de frescor en un individuo en reposo. Por otra parte, se establece un límite superior de 33ºC, que corresponde a la temperatura media de la piel desnuda (Besancenot, 1991), por encima del cual se inicia una sensación de inconfort térmico.

Además, se ha considerado oportuno también tener en cuenta la temperatura del agua del mar, la cual se considera óptima para el baño cuando es igual o superior a los 18ºC (Besancenot, 1991). En el caso, del cicloturismo, senderismo y golf, se ha definido su

óptimo climático, teniendo en cuenta que temperaturas por debajo de los 14ºC o por encima de los 25ºC, pueden incidir negativamente en la homeostasis20 de un individuo que practica deporte fuera del agua (Navarrete, 2010). Finalmente, para el turismo cultural, se ha fijado un único límite de 33ºC, ya que por sobre de esta temperatura existe peligro para la salud humana (Besancenot, 1991).

Tabla 26. Parámetros climatológicos óptimos para la práctica turística.

Actividad Turística Parámetros óptimos

T máxima = Temperatura máxima diaria.

T mar = Temperatura superficial de la mar.

Fuente: Miquel Àngel Coll (2014), a partir de varios autores.

Evidentemente, además de la temperatura hay más parámetros como la humedad, insolación, precipitaciones, velocidad del viento, etc, que tienen influencia a la hora de definir el óptimo climático para la práctica de una determinada actividad turística. Por ejemplo, la velocidad del viento puede condicionar o impedir las actividades turísticas al aire libre. Según la escala de Beaufort21, un viento de fuerza 6 (de 22 a 27 nudos) dificulta la navegación marítima y puede comenzar a empujar a las personas, con lo cual, a esta velocidad se ve dificultada la práctica de actividades turísticas al aire libre. A fuerzas mayores, el viento puede llegar incluso a impedir el desarrollo de cualquier actividad debido a su peligrosidad. Lo mismo sucede con las precipitaciones, su intensidad y duración puede condicionar o impedir las actividades turísticas al aire libre. No obstante, dado que en Mallorca su frecuencia es muy irregular

20 Según la Real Academia Española, la homeostasis es el conjunto de fenómenos de autorregulación, que conducen al mantenimiento de la constancia en la composición y propiedades del medio interno de un organismo.

a lo largo del año22, no se han tenido en cuenta estas variables a la hora de definir la distribución temporal del consumo de las diferentes actividades turísticas.

Una vez establecidos los valores climáticos óptimos para cada tipo de actividad turística, estos deben compararse con los valores reales. Para ello, se ha procedido a identificar una serie de estaciones meteorológicas distribuidas por la isla (ver mapa 20).

Mapa 20. Localización de las estaciones de la Agencia Estatal de Meteorología.

Fuente: Miquel Àngel Coll.

La disponibilidad de datos sobre la temperatura del mar, es más limitada. De hecho, sólo se ha podido disponer de los datos de la boya marítima de Sa Dragonera (Puertos del Estado).

22 Según datos de la estación meteorológica del aeropuerto de Palma de Mallorca (Agencia Estatal de Meteorología), durante el período 1971-2000: el número medio anual de días con precipitación superior o igual a 1 mm es de 51 días, y una velocidad media anual del viento de 10,1 km/h.

Tabla 27. Media de las temperaturas máximas (1985-2014) y de la temperatura media

Fuente: Miquel Àngel Coll a partir de los datos de:

* Datos (1985-2014) de las estaciones meteorológicas de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET):

Palma-Porto Pi, Port de Pollença, Faro de Capdepera, Faro de Portocolom, Porreres y Lluc.

** Datos (2010-2014) de la boya de Sa Dragonera (Puertos del Estado). Disponible online:

http://www.puertos.es/oceanografia_y_meteorologia/redes_de_medida/index.html

En base a estos valores climáticos teóricos (ver tabla 26) y a los valores reales de temperatura máxima diaria por meses, correspondientes al período comprendido entre los años 1985 y 2014, y los datos correspondientes a la temperatura media mensual del agua del mar durante los años 2010-2014 (ver tabla 27), se ha definido un cronograma teórico sobre el óptimo climático idóneo para la práctica de las actividades turísticas más representativas dentro del conjunto de la oferta que hay en Mallorca (ver tabla 28):

Tabla 28. Calendario para la práctica de las actividades turísticas más representativas en Mallorca, según su óptimo climático.

Nota: les casillas en blanco indican que las condiciones climáticas no son óptimas para la práctica de esa actividad turística.

Fuente: Miquel Àngel Coll.

Aunque es evidente, que la presente metodología tiene algunas limitaciones:

como el hecho de que al tratarse de medias mensuales, se obvian las particularidades diarias; o la necesidad de incorporar la sensibilidad del propio turista, ya que puede variar según su procedencia, edad, sexo, etc; No obstante, tiene a favor que permite obtener de forma sencilla, una idea del potencial climático-turístico teórico de un determinado territorio. En este sentido, los resultados obtenidos reflejan el gran potencial climático-turístico que tiene la isla de Mallorca, puesto que todos los meses del año presentan unas condiciones climáticas favorables para la práctica de actividades turísticas. Algunas de ellas, incluso disponen de unas condiciones idóneas durante todo el año, como es el caso, del turismo cultural (Coll y Seguí, 2014).

A pesar de ello, los resultados muestran un comportamiento estacional de la demanda (ver tabla 17), con lo cual, es evidente que las características climáticas de un lugar por sí solas, no determinan de manera absoluta la estacionalidad de la actividad turística, sino que tal y como apuntan Seguí y Servera (2001: 63) “ofrecen una serie de posibilidades de uso, cuyo aprovechamiento dependerá en última instancia, de la decisión del turista que estará motivada por modas, tradiciones, capacidades técnicas, etc”. En este sentido, la moda del bronceado (sol y playa) se mantiene como uno de los gustos predominantes de la gran masa de turistas que viaja a Mallorca, lo cual, justifica que se concentre presencia de mayo a octubre, que son los meses que presentan unos valores óptimos para su pràctica (ver tabla 28).