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El concepto de seguridad en los edificios. La asignación de valor de gravedad

Cuando se proyecta un edificio se le asigna un grado de seguridad mediante unos coeficientes de seguridad y se realiza un cálculo de la estructura mediante un

En el caso de edificios nuevos en proyecto, estos coeficientes de seguridad están fijados por la normativa. Según Calavera, J. (1985) en [11], “Nuestras Instrucciones, Normas y Códigos están pensados para establecer la seguridad adecuada en proyectos de estructuras de nueva construcción”. Se hace una estimación del valor de las variables que intervienen en el cálculo y se hace un cálculo semiprobabilista, todo amparado por una Normativa.

Cuando se trata de evaluar el grado de seguridad de un edificio ya construido hay que realizar una peritación. Asignamos un valor a las variables que intervienen en el cálculo (obtenidos por medio de mediciones y ensayos sobre lo realmente construido) y asignamos las acciones según el uso real. Hacemos el cálculo estructural de comprobación y obtendremos un grado de seguridad de la estructura (cuánto de más aguanta la estructura concreta para esas acciones concretas).

Pero la Normativa no nos dice en rehabilitación cuánto podemos reducir los coeficientes de seguridad de materiales y acciones utilizados en obra nueva, para hacer una comprobación en un edificio existente y poder considerar que la estructura es segura.

Para llegar a conocer los valores de cálculo de la estructura existente con detalle podemos encontrarnos con todos estos contratiempos:

 Los datos documentados sobre la estructura pueden ser inexistentes.

 Los elementos estructurales pueden estar ocultos por elementos de acabado.

 Podemos encontrarnos con zonas de muy difícil acceso.

 El propietario puede no disponer de los medios económicos para costear las pruebas y ensayos necesarios.

 A veces el elemento estructural puede tener un alto valor artístico que imposibilita la realización ensayos destructivos.

 La estructura del edificio pudo no ser calculada en origen, o calculada con normativas ahora obsoletas.

Deberá ser el criterio del técnico en base al nivel de conocimiento que haya podido llegar a conseguir por las mediciones y ensayos en la estructura construida, quien decida cuánto reducir los coeficientes de seguridad utilizados en una peritación para considerar que LA ESTRUCTURA ES SEGURA.

En el caso de un edificio construido y que además resulta que tiene patologías estructurales, a toda la incertidumbre anterior hay que sumar de nuevo el criterio del técnico para establecer cuánto ha mermado la capacidad resistente de la estructura frente a los efectos causados por el proceso patológico.

Para ello habrá que realizar un correcto ESTUDIO PATOLÓGICO Y DIAGNOSIS para averiguar la causa de esa patología y luego valorar el GRADO DE AFECTACIÓN DE LA ESTRUCTURA.

En la valoración de este grado de afectación siempre habrá una variabilidad según el técnico que la realice. Según Ruiz, F (2015) [15] en su tesis doctoral

titulada “Escala de gravedad de daños en edificios: de la asignación directa a la contrastación estadística”, expone que no existe una implantación generalizada de una escala de gravedad de daños en edificios eficiente tal como sucede en otros ámbitos técnicos (por ejemplo con la escala para medir la magnitud de un sismo). Y que su implantación reduciría en gran medida la variabilidad entre valoraciones del nivel de gravedad por daños en edificios entre diferentes técnicos.

El autor hace una propuesta de escala en su tesis con un nº de grados optimizado para que la variabilidad sea mínima. Ver nota al pie1.

Como conclusión, podría decirse que en la peritación de una estructura afectada por una patología estructural, la Normativa no nos especifica cuándo se puede considerar segura, sino que queda a criterio del técnico.

Por un lado tiene que decidir a su criterio cuánto puede reducir los coeficientes de seguridad que se emplean en obra nueva al tratarse de una comprobación. Y por otro lado tiene que decidir a su criterio cuánto debe mermar la capacidad resistente asignada a la estructura debido a la afectación por el proceso patológico.

1 Nota al pie:

Ruiz, F (20015) [15] en su tesis doctoral titulada “Escala de gravedad de daños en edificios:

de la asignación directa a la contrastación estadística” propone una escala de gravedad con un optimizado nº de grados para que la variabilidad en la valoración directa entre diferentes técnicos sea mucho más reducida.

En una muestra de 374 técnicos de diferentes titulaciones relacionadas con la edificación (sin necesaria experiencia en patología), se presentaron 33 fotografías sobre diferentes procesos patológicos y se pidió asignar un valor a la gravedad de los daños observados en base a las definiciones genéricas de la escala. Con una Escala General de 11 grados (de 0 a 10).

Se observó una probabilidad estadística de asignación correcta del 32,07%. Una variabilidad realmente alta. Con la apreciación de que se observó un sesgo al lado de la seguridad, es decir, sobreestimación del grado de gravedad, por parte de los técnicos.

El estudio probabilístico de los datos permitió al autor hacer una propuesta de Escala Simplicada con 5 grados, demostrando una probabilidad estadística de asignación correcta del 62,88%. Una optimización de los grados para la asignación que consiguió una reducción importante de la variabilidad entre diferentes técnicos.

Así mismo, en el desarrollo de su investigación queda también probado que con métodos diferentes a la Asignación Directa se consigue todavía menor variabilidad. En su caso, un método propuesto basado en indicadores y expresiones matemáticas.

2.4 Diferentes posiciones desde las que afrontar un apeo