• No results found

Conceptuación de la confianza en el marco de la Mediación Familiar

1. Estado de la cuestión 1 Pretexto

1.4 Conceptuación y operatividad de la confianza en el marco de la Mediación Familiar .1 Prefacio

1.4.4 Conceptuación de la confianza en el marco de la Mediación Familiar

Es posible observar cómo las vanguardias han asumido que la construcción de una relación de confianza entre el mediador y las partes se erige en un ingrediente primario e intangible en el marco de la Mediación Familiar (McCarthy, 19857; Poitras, 2009; Gorjón, 2017).

Por un lado, ha sido posible explicar la salud de la Mediación a través de un estudio que Goldberg (2005) llevó a cabo con 30 mediadores experimentados. Los resultados del mismo, reflejaron que más de un 75% de los mediadores encuestados, vinculó el éxito de la Mediación a la construcción de rapport entre los miembros que componen el sistema relación de ayuda.

Es decir, la construcción de “una relación de comprensión, empatía y confianza” (p. 366).

Por otro lado, Poitras y Bowen (2002) pusieron el foco de atención en un elemento que subyace de la construcción de rapport: el compromiso que las partes adquieren en Mediación.

Por consiguiente, si el compromiso que las partes adquieren en Mediación constituye un paso intermedio entre la construcción de rapport y la posibilidad de llegar a acuerdos, los mismos autores plantearon la siguiente cuestión: ¿se ha investigado lo suficiente el modo de iniciar un proceso de mediación a fin de favorecer el compromiso de las partes en el mismo?

La deliberación que presentaron ambos autores, guarda relación con la propuesta de la presente tesis doctoral. Por un lado, la oportunidad de comprender los factores que favorecen la construcción de una relación de confianza entre el mediador y las partes, como paso previo a la construcción de rapport. Por otro lado, como reclamo que acontece en la escasa literatura escrita que ha sido publicada hasta el momento.

En este sentido, Davis y Gadlin (1988) afirmaron que la confianza entre el mediador y las partes se empieza a construir en los primeros compases de la Mediación. Según McKnight et al. (1998) y McKnight y Chervany (2006), la construcción de una relación de confianza en los momentos preliminares de la Mediación favorece la estabilización de las relaciones entre los miembros que componen el sistema.

Del mismo modo, existen una serie de intervenciones que favorecen el compromiso de las partes en los momentos iniciales de la Mediación, entre las mismas se pueden encontrar: la definición del problema; la definición del contexto de intervención y; la motivación mediante la exploración de los beneficios de participar en Mediación (Saunders, 1985).

No obstante, si bien diversos autores han evidenciado la importancia de construir una relación de confianza en los momentos preliminares de la Mediación, Stimec y Poitras (2009) discutieron sobre el alcance de la misma: ¿hasta qué punto los mediadores deben construir una relación de confianza con las partes a fin de favorecer el éxito de la Mediación?

Según ambos autores, la construcción de una relación de confianza entre el mediador y las partes favorece el éxito de la Mediación hasta un cierto umbral. Esto es, la construcción de una relación de confianza entre el mediador y las partes no mantiene una relación lineal con el éxito de la Mediación; logrado un determinado umbral, reduce su influencia en la probabilidad de éxito. Como corolario, el mediador debe poner el foco de atención tanto en los factores que favorecen la construcción de una relación de confianza con las partes como en el momento del proceso en el que adquieren mayor incidencia (Davis y Gadlin, 1988; McKnight et al., 1998;

McKnight y Chervany, 2006).

Stimec y Poitras (2009) señalaron que la presunta pérdida de confianza entre las partes, puede ser enmendada por la construcción de una relación de confianza con el mediador, quien tiene el propósito de recuperar la relación entre las mismas. Por consiguiente, la construcción de una relación de confianza entre el mediador y las partes adquiere distintas dimensiones en Mediación: por un lado, favorecer el compromiso de las partes en el proceso de mediación o, como rotularon Friedlander et al. (2009), el Enganche en el proceso terapéutico. Por otro lado, favorecer el éxito de la Mediación a través de la recuperación de la relación entre las partes.

¿Cuál es la razón por la que construir una relación de confianza entre el mediador y las partes adquiere tanta importancia?

En el siguiente apartado se expondrá una discusión sobre los factores de naturaleza holística y específica que explican la importancia de la construcción de una relación de confianza entre el mediador y las partes en el marco de la Mediación Familiar.

Por un lado, los factores de naturaleza holística fueron enunciados por Davis y Gadlin (1988), al exponer que los primeros momentos de la Mediación plantean un nuevo escenario donde aparecen más dimensiones que la propia confianza de las partes en el mediador, son las siguientes: “1. Confianza en el mediador; 2. Confianza en la misma Mediación; 3. Confianza en la propia capacidad de negociación y; 4. Confianza en la otra parte” (p. 55).

Por otro lado, los factores de naturaleza específica fueron recogidos por autores como son: Deutsch (1958); Loomis (1959); Zand (1972); Lindskold (1978); Johnson-George y Swap (1982); Davis y Gadlin (1988); Landau y Landau (1997); Rousseau et al. (1998); Butler (1999);

Goldberg (2005); Friedlander et al. (2009); Poitras (2009) y Yiu y Lai (2009).

Entre los principales factores de naturaleza específica que explican la importancia de la construcción de una relación de confianza entre el mediador y las partes se pueden encontrar los siguientes:

La razón principal, de acuerdo con los mediadores, es que dicha relación alienta a las partes a comunicarse de manera más plena con el mediador, proporcionando, a menudo, información necesaria para ayudar a las mismas a llegar a un acuerdo (…), manifestándole sus intereses, sus prioridades, sus miedos, debilidades, etc..

(Goldberg, 2005: p. 368).

De acuerdo con el mismo autor, Poitras (2009) manifestó que la construcción de una relación de confianza adquiere importancia a raíz de la voluntad del mediador de descender al conflicto implícito que –hipotético- puede haber traído a las partes a Mediación. La reflexión que subyace del mismo planteamiento radica en que, ante el hermetismo de las partes, cuando elaboran confianza y están en disposición de compartir con el mediador su mundo interno, se abre un mundo de posibilidades donde, conjuntamente, tienen la oportunidad de construir un

Se ha asumido que la construcción de una relación de confianza permite que las partes puedan compartir con el mediador un contenido que facilita la resolución del conflicto, si bien la secuencia lógica que comprende la resolución del mismo la manifestó Butler (1999). Entre los resultados de su investigación se encuentran los siguientes:

a) La construcción de una relación de confianza en los momentos iniciales del proceso de mediación favorece la exteriorización de contenido, mientras que la exteriorización de contenido consolida la relación de confianza entre el mediador y las partes.

b) El caudal de concesiones que tiene lugar en el proceso de mediación, será el resultado de la cantidad de contenido que haya sido exteriorizado y,

c) La resolución del conflicto a través de las concesiones mutuas, será originado a partir del contenido que ha sido exteriorizado.

Yiu y Lai (2009) alegaron que, el hecho de no construir una relación de confianza entre el mediador y las partes, imposibilita el éxito de la Mediación. De acuerdo con ambos autores, la Mediación ofrece una serie de bondades que explican el auge de la disciplina. Sin embargo, la Mediación per se no garantiza la resolución de conflictos. Es por ello que afirmaron que la construcción de una relación de confianza entre el mediador y las partes es fundamental a fin de favorecer el compromiso o el Enganche en el proceso terapéutico de las mismas, elevando así las posibilidades de éxito de la Mediación.

Así mismo, Zand (1972) afirmó que la construcción de una relación de confianza entre el mediador y las partes admite la mejora del flujo y la calidad del diálogo entre los miembros que componen el sistema. Entre los beneficios de construir una relación de confianza destacó los siguientes:

• Intercambiar información y sentimientos de un modo abierto.

• Definir de un modo más efectivo los conflictos y los objetivos que las partes pretenden alcanzar.

• Explorar conjuntamente opciones de intervención.

• Incrementar el protagonismo de las partes en la toma de decisiones.

• Incrementar el bienestar de las partes en relación con los esfuerzos que han realizado.

• Incrementar la motivación de las partes sobre la asunción de responsabilidades.

• Favorecer que las partes sientan que forman parte del sistema relación de ayuda y,

• Reducir la probabilidad de abandono.

Poniendo el foco de atención en la negociación internacional entre Estados, distinción al tratado entre Egipto e Israel con el que sellaron la paz en Oriente Medio, Landau y Landau (1997) señalaron la importancia de la buena voluntad a la hora de generar confianza entre las partes. De acuerdo con ambos autores, la construcción de una relación de confianza cumple el propósito de eludir las dificultades relacionales que pueden aparecer en los primeros momentos del proceso de mediación, así como favorecer que las partes tengan la oportunidad de adoptar una actitud de cooperación (Deutsch, 1958).

En la misma línea, Lindskold (1978) en un programa de iniciativas de conciliación para mitigar las desavenencias entre los Estados Unidos y la Unión Soviética a lo largo de la Guerra Fría, expuso la importancia de la construcción de una relación de confianza. Dicho autor, reseñó que la construcción de una relación de confianza no es un ingrediente clave únicamente para la resolución de conflictos, así mismo para un elemento inherente a la Mediación: la cooperación.

Loomis (1959) y Johnson-George y Swap (1982) –estos últimos desde el campo de la Psicología Social- subrayaron el potencial de establecer un vínculo de cooperación a través de la construcción de una relación de confianza. El primer autor, estableció cuatro disposiciones para el establecimiento de un vínculo de cooperación. Se exponen a continuación:

• Las partes deben compartir el mismo objetivo.

• Debe existir voluntad de participar en la relación de ayuda.

• Las partes deben experimentar una cierta interdependencia a fin de alcanzar el mismo objetivo y,

• Existe convicción común de que la otra parte es consciente de dicha interdependencia.

Tal como ha sido posible observar, la primera y la segunda disposición que planteó el mismo autor para el establecimiento de un vínculo de cooperación a través de la construcción de una relación de confianza, guardan relación con el Sentido de compartir el propósito dentro de la familia y el Enganche en el proceso terapéutico, dimensiones que conceptuaron autores como Friedlander et al. (2009) para observar la alianza de ayuda en intervención familiar.